miércoles, 2 de marzo de 2011

Porque Apple no debe preocuparse si las tabletas con Android 3.0 Honeycomb le puedan robar ventas del iPad: 2ª parte

Daniel Eran Dilger
(traducción: Denis Rodrigues)
Escucha a los frívolos entusiastas de Android y te puedes quedar con la impresión  que la próxima versión dedicada a tabletas de la plataforma de Google, 3.0 Honeycomb, está a punto de acabar con las ventas del iPad. Se equivocan, y digo el porqué.
2ª Parte: La mayor plataforma de software del mundo 


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Como he dicho en la 1ª parte, la incapacidad de Android en 2010 de reducir las ventas del iPhone de Apple (o mismo de proponerse como una alternativa creíble al iPod touch o el iPad) resultó en que la plataforma simplemente superó lo que solía ser la mayor plataforma de smartphones del mundo. No, no hablo de Symbian. La mayor plataforma de smartphones desde hace mucho era el JavaME de Sun (“micro edition”, antes conocido por J2ME), ahora de propiedad de Oracle.
Antes del Año del Android, JavaME sirvió como denominador común para la gran parte de los smartphones, del BlackBerry de RIM (que abriga la Virtual Machine de Java «JVM» dentro del kernel propietario de RIM), pasando por los modelos de LG y Samsung (que de forma parecida la abrigan encima del kernel propietario en productos como el LG enV), Danger (que creó el proyecto Android después adquirido por Google, pero que ates produjo la línea de dispositivos basada en Java Hiptop/Sidekick, comprada por Microsoft) al Symbian de Nokia (antaño utilizado por Sony Ericsson y DoCoMo del Japón), Palm OS y el Windows Mobile de Mircrosoft (todos los tres abrigan a JVM como una alternativa paralela a sus plataformas de desarrollo nativas, similar al soporte de Java en Windows o el Mac OS X).
Nadie jamás habló sobre como JavaME “competió” con Windows Mobile, Palm OS o Symbian, en lugar de ello compañías como Gartner nos dijeron que Windows Mobile estaba listo para tomar la delantera promocionando su Interfaz para Programación de Aplicaciones (API) a las expensas de Java, mientras que RIM cuenta con sus servicios periféricos que perfeccionan su versión de la plataforma Java entre usuarios corporativos, o Danger que promocionó sus móviles basados en Java, populares entre los usuarios fanáticos por SMS, y de aquí sigue.
Apple ataca el status quo de la monocultura
Hasta el debut del iPhone ningún importante fabricante de smartphones estaba dispuesto a señalar que el imperio de JavaME estaba vergonzosamente desnudo. A pesar de proclamarse la plataforma del “prográmalo una vez, ejecútalo en cualquier dispositivo”, en la práctica era la del “desarrolla el software, entonces arréglalo para que funcione en cada modelo de teléfono que quieras utilizarlo”, una plaga heredada del Java para PC pero mucho peor debido a las complicaciones adicionales inherentes a los dispositivos móviles.
Mientras hay una infinidad de apps para JavaME, hacerlos funcionar bien en todos los móviles que utilizan la plataforma es algo incluso más difícil que construir complejas aplicaciones web que pueden ser ejecutadas fluidamente en todos los diferentes navegadores sin tener que contar con el Flash de Adobe cuando todavía no había en HTML5.
La solución de Apple fue simplemente no incluir a Java, software que en realidad solo duplicaba las funcionalidades de la API de Cocoa sin hacer con que el iPhone ejecutara cualquier biblioteca con aplicaciones móviles de calidad. La omisión intencional de Apple con relación a Java fue tan irrelevante que nadie se lo comentó, porque nadie se pensaba que la habilidad de ejecutar aplicaciones móviles Java fuese una característica real. La falta de soporte a Java en el iPhone fue completamente ofuscada por la similar falta de soporte a Flash, porque los usuario en verdad vieron algo de lógica que uno quiera poder acceder al contenido escrito en Flash.
Adicionalmente, la falta de soporte a Java hizo de Cocoa la única forma de construir apps, creando un embudo de desarrollo que resultó en una biblioteca de nuevas y mejores aplicaciones que eran consistentes y atractivas, en rígido contraste con las frecuentemente feas aplicaciones  Java que aparecían en los cubos de basura de software ya disponibles. Funcionó más o menos de la misma forma cuando el iMac del 1998 se deshizo de los antiguos puertos para optar por el USB, resultando en un mercado instantáneo para estos periféricos.
Además, así como los fabricante de PC anteriormente a la llegada del iMac fueron incapaces de ver que el lío de los antiguos puertos era un problema real e incluso fueron lentos para adoptar al nuevo padrón USB, los fabricantes de móviles fueron incapaces de reconocer que el JavaME no aportaba realmente mucho valor. Busca en internet artículos del 2006 y podrás leer toda clase de noticias sobre como todos los fabricantes estaban declarando su soporte a Java y promocionándolo como característica clave, como si los usuarios de smartphones se estuviesen beneficiando de la habilidad de mal ejecutar aplicaciones basura.
(“La amenaza del iPhone a Abobe, Microsoft, Sun, Real, BREW y Symbian” <2007>, “Sun intenta subirse al carro del iPhone con su jPhone” <2007>, “iPhone 2.0 SDK: ¿Java en el iPhone?” <2008>, links a los originales)
Entonces es por ello que Oracle está furiosa con Google
Google optó por una estrategia diferente de la de Apple porque no disponía del desarrollo propio de una API madura para utilizar en la construcción de un sistema operacional móvil. Empezó con Android, una plataforma licenciada de Java originada de los desarrolladores de Danger. En lugar de construir su nueva plataforma como hizo Apple, Microsoft con Windows Mobile o Palm más adelante con el webOS, Google simplemente modificó la plataforma Java (empezando por hacer de Apache Harmony su biblioteca de clases y así podar la compatibilidad con JavaME) hasta el punto en que decidió  que no tendría que pagar licencias a ninguna tecnología subyacente de Sun para poder distribuirla gratuitamente.
Sun aparentemente miró hacia otra dirección cuando esto pasó, pero después que Oracle la compró, acusó a Google de apoderarse de la propiedad intelectual de Sun para traer a Android al mercado, y desde entonces entró con un proceso que tiene por intención cobrar derechos de la distribución de la plataforma Java modificada de Google. Mientras que los argumentos legales están siendo presentados en los tribunales, hay un resultado obvio y claro de las acciones de Google que no puede ser contra-argumentado: Android virtualmente reemplazó al menos la mitad del mercado de JavaME en muy poco tiempo y ahora amenaza con arrebatar un porción aun mayor de lo que quedó.
Son malas noticias para Oracle/Sun y BlackBerry (y Danger, pero después de su adquisición por parte de Microsoft y el fisco del KIN, el grupo no parece aguardar muy buenas noticias) porque significa que el estoque mundial de desarrolladores interesados en JavaME está condenado a evaporarse y secar. Es algo más o menos bueno para LG, Samsung, Motorola, HTC y Sony Ericsson, porque significa que 1º no tienen más que pagar por licenciar al JavaME (por lo menos hasta que Oracle gane el juicio contra Android) y 2º no tienen que manipular sus propias implementaciones de JVM ya que Google les proporciona código de programación gratuito propenso a funcionar casi sin tantos defectos cuanto las diferentes versiones con pequeñas diferencias entre si de JVM antes disponibles.
El reemplazo de JVM por Android es por lo tanto muy parecido al reemplazo del Netscape por el Internet Explorer como el mayor navegador de internet del mundo en el 1997: un distribuidor más grande y más poderoso ofreciendo un software gratuito que sustituye algo que tenía muchos más fallos e inconsistencias, prometiendo traer al mercado más y mejores actualizaciones que facilitarían la interoperabilidad. Cuando todo el mundo se cambió a IE, fue mucho más fácil hacer páginas web que funcionaban más consistentemente. Con Android, es similarmente más fácil distribuir apps que antes en el universo JavaME.
Google está encaminado a destruir la plataforma JavaME y sustituirla por su superior alternativa. Entretanto, esto tuvo impacto casi nulo en Apple, porque al contrario de RIM ésta no se beneficia del desarrollo de Java, y diferentemente de Oracle no gana pasta con la plataforma. El iOS de Apple encontraba muy poca competencia de las aplicaciones Java; ahora esta competición fue sustituida por la de los socios Android. A pesar del cambio, el desarrollo de la plataforma de Apple no se encuentra en apuros como JavaME, Android ofrece muy poco en términos de incentivos comerciales  para los que hacen aplicaciones para su plataforma.
  
(“Un grande desarrollador vuelve sus atenciones hacia el Android de Google”, “Como Oracle puede matar al Android de Google y las patentes de software con un solo disparo”, “Los problemas de backup del Pink/Danger de Microsoft atribuidos a Roz Ho”, links a los originales)
Siempre estuvimos en guerra con los abiertos
Una vez más, solo para destacar el punto: el iPhone de Apple atacó a la monocultura de JavaME y la venció (en cuanto a popularidad, beneficios, éxito de la plataforma de apps y otras medidas). A nadie le importó. Google ahora resucitó la carcaza de JavaME con una nueva encarnación que amenaza con tomar una proporción similar entre los aparatos que no son de Apple (aunque no saque beneficios de ello y sin traer al mercado una plataforma de apps exitosa que beneficie a sus desarrolladores) y esto es considerada la 2ª aparición de Cristo y el esperado término de la historia maligna de los éxitos de Apple.
Celebrar a Android es un poco como celebrar una versión desktop de Linux que sufre por duplicar la apariencia vegetativa del Windows y que intenta tomar mercado del Mac OS X cuando a) Apple nunca esperó tener mayor participación del mercado pero sí de un segmento que le permitirá seguir el desarrollo del tipo de producto que elija y b) la parte de esta gente que celebra lo “abierto” del Android parece olvidarse que la misma Apple se aprovecha de software abierto para crear su plataforma, mientras que las capas que Google aplica sobre JavaME no están hechas con software abierto.
Lo más abierto en Android es el navegador WebKit de Apple (también compartido con Nokia, BlackBerry y Palm), mientras que las aplicaciones “por Google” encontrados en Android son softwares comerciales de código cerrado. La tremendamente laureada app de Gmail para Android no solamente es de código cerrado como también no soporta interoperabilidad con standards abiertos de email, obligando a los usuarios a utilizar una app de segunda categoría para acceso a “otros emails” de la competencia. Este es el tipo de comportamiento que uno se espera de Microsoft, no de Google, y el tipo de cosa que sería visto como “EmailGate” si ocurriera en el iPhone.
Google similarmente intenta interrumpir la interoperabilidad abierta cuando promociona a WebM como siendo una alternativa “libre de licencias” al H.264, en un intento en verdad de promocionar al Flash de Abobe a las expensas del video HTML5. En paralelo, también da soporte a que se utilicen SMS dentro de Android para las notificaciones instantáneas e instalación oculta de software (SMS es un standard tarifado de telecomunicaciones), mientras que el sistema de notificaciones instantáneas del iOS de Apple está soportado por standards abiertos (XMPP/Jabber PubSub). El Airprint está hecho de forma similar como un recurso de CUPS, la arquitectura para impresión gratuita de propiedad de Apple y libremente compartida con las implementaciones de Linux y Unix.
¿Quien otra vez es el héroe y quien es el villano en cuanto a la interoperabilidad? Parece ser que hay una divergencia entre lo dicho y lo ocurrido. De acuerdo con los defensores del Android, la diferencia entre Apple y Google es tan simple como blanco y negro, pero este tipo de falacias sin preocuparse de los hechos no refleja las acciones reales y solo sirve para dar a Google carta blanca para sacarse la lana de cada oveja negra bajo los ojos de aquellos que eligen no ver la realidad.
(“¿Por qué Google es tan histéricamente hipócrita por Bing utilizar sus datos públicos?”, “Google reafirma su intento de hacer descarrilar el vídeo HTML5 H.264”, “Apple empieza las pruebas de stress del las notificaciones instantáneas del iPhone 3.0”, links a los originales)
Una lucha teatral de la conquista dramática
Curiosamente entretanto, Android no es retratado por los medios como rival del JavaME (y seguramente lo es), pero como amenaza a Apple (lo que en verdad no lo es). Esto no es tanto una conspiración mal intencionada en contra de Apple pero a penas un intento de crear un historia dramática de conflicto.
Apple y Android solo sirven de rivales en un sentido simbólico. Google siempre apuntó al Windows Mobile y a pastorear los gatos de JavaME (y Linux) de forma que pudiera beneficiarse como vendedor de anuncios. Apple, por otro lado, tiene por objetivo producir un smartphone deseable que las personas deseen comprar. Estos dos objetivos solo compiten en aspectos menores y periféricos.
Claro que Google se apropió de los planes de Apple, reconduciendo a Android de asesino del Windows Mobile/BlackBerry a alternativa al iPhone, pero como estrategia general los dos tienen objetivos diferentes, lo que es obvio cuando se ve el modelo de negocio de Google girando en torno de nuevas plataforma de anuncios y el de Apple en torno de ventas de hardware, licencias para accesorios, venta de música/vídeo, potenciar el iAd para sus app, ventas en las tiendas, suscripciones de servicios online y las ventas de sobremesa, tabletas y reproductores.
El hecho es que tanto la plataforma del iPhone de Apple como la del Android de Google pueden crecer tremendamente mientras combaten entre si en los escenarios de los blogs y páginas web de fans. Apple está seguramente competiendo con HTC, Motorola y Samsung pero esto poco interesa porque normalmente sale ganadora, sea en términos de unidades vendidas, satisfacción de usuarios, interés de los desarrolladores y beneficios. La única manera de hacer la lucha interesante es poner a Apple en contra de cualquier otro fabricante de móviles del planeta, baja la insignia de Android.
Esta historia es intelectualmente deshonesta por un número de razones, pero primeramente porque el “Android de Google” es contado cuando  terceros usan la plataforma de forma gratuita incluyendo en esto versiones incompatibles de rivales (como el OPhone de China Mobile y el Tapas OS). Nadie atribuye a Apple el hecho de “poseer” el “mercado” de navegadores WebKit.
En lugar de ello, el Chrome de Google es considerado rival del Safari de Apple cuando la historia contada es la de participación de mercado. Esto es tan tonto como decir que  el Nexus S de Google es rival del Galaxy S de Samsung, cuando los dos son de verdad lo mismo con pequeñas alteraciones. ¿Google debería ser reconocido por revender el trabajo de otras personas y aclamado como superior a los productos de los cuales sus versiones rebautizadas están derivados?
¿Alguien comentó que proporción del mercado de lectores de PDF Apple “robó” del Acrobat de Adobe cuando puso el app Pre-Visualización en el Mac OS X?
Más adelante, traeremos a la discusión el Chrome OS, si Google fue capaz de lanzarlo al mercado el último otoño como esperado. De momento, hablaremos del futuro cercano de las tabletas basadas en Android en la 3ª Parte: La Tableta Honeycomb.
(“La contabilidad del Android de Google incluye las variedades rivales chinas”, “Android pospone los planes del netbook basado en Chrome OS para mediados del 2011”, links a los originales).





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